jueves, 30 de noviembre de 2017

LOS REFLEJOS




¿Qué son los reflejos?

 Los reflejos son la respuesta o reacción automática de los bebés, desencadenada por algún estímulo exterior. Depende de los reflejos la capacidad del bebé para adaptarse y tener un mayor control sobre su cuerpo y el ambiente.
Los reflejos deben ser observados de cerca, tanto por los padres como por el pediatra del bebé quién será el encargado de realizar una evaluación neurológica del bebé, que permitirá detectar si existe algún problema y reducir así problemas futuros.



Los reflejos primarios del bebé

Son los que manifiestan el bebé en el momento de su nacimiento y que algunos pueden desaparecer en algunos meses. Por ejemplo:

- Movimiento de los pies. Cuando se sostiene al bebé por las axilas y en posición vertical, se consigue que el bebé mueva los pies como si estuviera queriendo caminar. Este reflejo suele mantenerse por unos cuatro meses.


- Giro de cabeza. Cuando se acuesta al bebé sobre su espalda, se consigue que el bebé gire la cabeza hacia un lado, a la vez que mantiene sus brazos estirados hacia arriba. Dura unos tres meses.


- Presión en las manos o reflejo Prensil. Cuando se coloca un objeto en una mano del bebé, él intentará cerrarla. El contacto que se establece entre la persona y el bebé favorece al vínculo afectivo. Suele desaparecer a los 6 meses.

- Presión en la boca o reflejo de Succión. Cuando se coloca o se roza suavemente un objeto en los labios del bebé se le provoca la succión. Puede durar hasta el cuarto mes.


- Presión en los pies. Cuando se roza la parte de arriba del dedo pulgar del pie de los bebés, ellos flexionarán automáticamente todos los dedos. Dura hasta los nueve o doce meses

- Reflejo de los lados o de equilibrio. Cuando el médico, al levantar al bebé alzándolo de un costado, éste encogerá la pierna de arriba mientras que estira la otra dejándola "colgar". Se comprueba así su sentido de equilibrio.


Los reflejos secundarios del bebé

Son los que se manifiestan a lo largo de los primeros meses de vida del bebé y que también pueden desaparecer con el tiempo. Por ejemplo:


- Reflejo de Galant. Cuando al pasar la mano por la parte baja de la espalda y hacia los lados del bebé, se observa que él arquea ligeramente el cuerpo hacia arriba y hacia los lados. Puede durar hasta el año de nacido.

- Reflejo del Moro. Cuando se pone el bebé tumbado sobre una superficie blanda y se le sostiene y tira por las muñecas, separándolas un poco, y dejándole caer hacia atrás. El bebé abrirá los brazos y los echará hacia delante como si de un impulso quisiera dar un abrazo. Luego llora. Dura hasta el cuarto mes de vida.


- Reflejo de Búsqueda. Cuando se toca o acaricia los labios de la boca del bebé, él vuelve la cabeza y abre la boca para seguir o buscar en la dirección del contacto. Eso ayudará al bebé a encontrar el pecho o el biberón para alimentarse. Al primer mes el bebé puede girar la cabeza en busca de lo que ha sido puesto en sus labios.

- Reflejo de Arrastre. Cuando el bebé, colocado boca abajo, intentará mover sus piernas para avanzar gateando. Se puede ayudarlo colocando los pulgares bajo los pies del bebé. Le servirán de apoyo. Este reflejo suele mantenerse hasta los tres meses de vida.


- Reflejo de Landau: Cuando al suspender al bebé en posición ventral, su tronco se endereza, la cabeza se eleva y los pies y brazos se estiran. Suele aparecer por el cuarto mes y desaparecer por el décimo mes.

- Reflejo del Paracaídas: Cuando se sujeta al bebé por los costados boca abajo y se lo inclina hacia delante, él reaccionará extendiendo los brazos y abriendo las manos. Aparece por los seis meses y desaparece por los nueve.

- Reflejo del Gateo: Cuando al poner el bebé acostado sobre su barriguita y en una base sólida y segura, se puede notar que automáticamente él se pondrá en posición de gateo. Suele aparecer por los 6 o 7 meses hasta que empieza a caminar.

- Reflejo del Paso: Cuando al tomar el bebé alrededor de su barriga, sujetándolo por debajo de sus axilas y tratando de ponerlo de pie, el bebé empezará a realizar movimiento como si estuviera dando sus primeros pasos, al tocar sus pies a una base sólida. Así empieza el proceso para que el bebé aprenda a caminar.


Reflejos de infancia que se mantienen en la vida adulta

Hay reflejos que aparecen cuando somos bebés y que perduran hasta nuestra edad adulta. Por ejemplo:

- Reflejo de la tos. Cuando uno tose como reacción a algún estímulo de la vía respiratoria.

- Reflejo del estornudo. Se estornuda para extraer o expulsar alguna incomodidad en las vías nasales.

- Reflejo del bostezo. Se bosteza por la necesidad de estimular la respiración.


- Reflejo del parpadeo. El parpadeo es un reflejo que expresamos cuando los ojos son expuestos de súbito a una luz brillante.

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